Ni con lo justo

Y hasta que llegó el día.

Hace dos meses aprox. que se terminaron mis ahorros. El último mes que pude disfrutar de mis casi dos años «sabáticos» fue en octubre, que cerré con un viaje de una semana a Valdivia con mis amigos del grupo de cine.

Al llegar del viaje comencé inmediatamente a buscar trabajo, no tenía opción. Me contrataron en una hamburguesería, estuve poco más de un mes, no fue una buena experiencia, pero al menos me sirvió para desechar de plano ese tipo de trabajos. Al principio estaba entusiasmada porque el trabajo era en Quilpué y si, sabía que pagaban poco, pero creía que se podía compensar con estar más cerca de la casa. Además que mi plan era (es) tener un trabajo que me de un piso económico, que no sea de mucha responsabilidad para dedicarme a trabajar de forma free lance con mi voz.

(hasta ahí llego la entrada, la retomo hoy viernes 10/02/2023)

Puede que sea cierto (en parte) que el dinero no hace la felicidad, pero no tenerlo te lleva derechito a la depresión. Al menos para mi es así.

No es primera vez que estoy así y la verdad no creo que sea la última. Para el común de los mortales ¿así es la vida? ¿ con «altos» regulares y bajos muy bajos?. ¿ Para volver a tener estabilidad económica debo sacrificar mi vida personal? ¿ para tener vida personal debo sacrificar la estabilidad económica? ¿Qué vida personal puedo cultivar cuando ya no quedan ganas de hacer nada, ni tampoco puedes porque no te alcanza?

Sé lo que tengo que hacer, sé cual era o ES mi plan y sé porqué estoy en este trabajo que me alcanza sólo para pagar el arriendo y cuentas básicas. Por cuentas básicas me refiero literalmente a eso. Agua, luz, gas. No incluye comida, ni emergencias, ni esparcimiento, ni internet, ni medicamentos, nada de eso. Por suerte o por necesidad, tengo espíritu o a estas alturas sólo aire o más bien «suspiro» emprendedor (está tan usada esta palabra que ya no me gusta, me suena a negocio piramidal) que he complementado los ingresos con la ventas de mi tiendita on line Srta. Desempleada. Con eso he tenido para pasajes, comida y gastos diarios.

¿ Cómo cambia la cosa ahh?

Antes sentía orgullo por mi capacidad de hacer varias cosas y de no darme por vencida, ahora me tiene cansada, chata, decepcionada si se quiere. Llegar siempre donde mismo. ¿No podemos bajar el ritmo porque pasa… esto? ¿ tenemos que estar todo el tiempo dale que dale, pensando positivo, mente ganadora, vamos que se puede y todas esas mierdas que sabemos que sólo ayudan superficialmente, pero no generan un cambio profundo?

De nuevo, sé lo que tengo que hacer, pero no tengo los ánimos, ni la energía, ni las ganas lo reconozco.

De nuevo, ya he pasado por esto

De nuevo, pese a todo… siento que retomaré el rumbo ¿Cuándo?

De nuevo ¿ así debe ser la vida del resto de los mortales?

Las analfabetas (2013) Moisés Sepúlveda

Por : Aurora Castro

«Yo no era una alumna, parecía una alumna, pero no lo era, era una enana… pero de la cabeza»

Cuesta creer que aún existan personas analfabetas en Chile. Hace algunos años, mientras buscaba información en Internet sobre cómo enseñar a leer a niños, me encontré con un video reportaje de niños de octavo básico que aún no aprendían. Similar a lo que le pasó a Ximena, protagonista de «Las analfabetas» Opera prima de Moisés Sepúlveda.

Ximena es una mujer adulta que nunca Aprendió a leer ni escribir en el colegio. Se las arregla diciendo que olvidó sus lentes para que le lean algún cartel en la calle por ejemplo.

Un día llega Jackeline a su casa por encargo de su madre, amiga de Ximena, quien iba a leerle el diario, pero que ya no podía seguir haciéndolo por lo que envía a su hija, una profesora novata de lenguaje, para que la reemplace. A regañadientes Ximena aceptó, ya que le incomodó el hecho de que alguien más supiera sobre su analfabetismo.

No fue sencilla esta relación, cada vez que Jacqueline le leía, Ximena la interrumpía, Jackeline seguía leyendo, pero bastante inquieta y molesta pues Ximena no es una mujer sencilla. Su vergüenza la hace ponerse a la defensiva, molesta, burlona. Tampoco Jackeline sabe comunicarse bien, incluso cuando se enoja e intenta poner límites. No le resulta y Ximena aprovecha para seguir esta dinámica en donde ninguna de las dos logra comunicar lo que realmente quiere.

Jackeline le ofrece a Ximena enseñarle a leer, es profesora y podría hacerlo. El objetivo era poder leer una carta que el padre de Ximena le dejó hace años, pero que nunca ha pedido a nadie que se la lea por lo que no sabe su contenido. Con una serie de condiciones acepta y comienzan las lecciones.

La conducta de Ximena cuando Jackeline le está enseñando, es la misma que tienen niños de edad avanzada que no saben leer, porque esto es real, pasa y me imagino que con la pandemia los casos han aumentado. La vergüenza de no saber leer les impide pedir ayuda, la frustración de no poder o no saber como ayudar (en el caso de los que sí quieren hacerlo) llevan a hacer la vista gorda con esos niños, que en silencio van pasando de curso sin entender nada. Se asume que ya desde cierta edad todos sabemos leer y pasan desapercibidos al resto. Ocultando ese secreto que cada año que pasa, pesa más y más.

¿» acaso no sabe leer»‘? le pregunta la empleada del local de telas apuntándole el cartel que dice SIN CAMBIO NI DEVOLUCIÓN cuando Ximena intenta realizar un cambio.

Por otro lado está la poca experiencia de Jacqueline que utiliza la misma técnica que usaría con niños, en una mujer adulta. Precisamente una de las condiciones que le puso Ximena a Jackeline en su proyecto de enseñarle a leer. Pero tampoco Jackeline tiene tantas herramientas para enseñar de otra forma y además, a una mujer adulta. No entiende como pudo pasar algo así «¡¿cómo no se daban cuenta! ?» le preguntaba entre frustrada y alterada, casi gritando, casi como una pataleta si se quiere.

¿Será lo mismo que le ocurre a algunos docentes que no saben cómo lidiar con una situación «diferente»?. Una mujer adulta, analfabeta, sin problemas de aprendizaje. Ximena dice que si se dieron cuenta, pero nadie hizo nada, ni en la escuela, ni en su hogar. Lo mismo que pasó con los chicos de octavo que aún no aprendían. Ese video lo vi hace cuatro años, por lo que no es un tema reciente, ni producto de la pandemia.

La calidad de la educación lleva mucho tiempo cuestionada. No es sólo la petición de gratuidad y acceso para todos, también debe haber calidad. Que difícil se ve todo ¿no? quizás deberíamos preguntarnos ¿ que entendemos por buena educación? ¿Una especie de capacitación para encontrar trabajo? ¿Libertad? ¿Que deberíamos aprender realmente hoy siglo XXI?

La educación se ha quedado corta. No se quienes son los reales responsables, pero es así y muchas veces perjudicanos a nuestros niños inventándoles limitancias que no tienen. Es difícil, lo sé. Y es raro que sea difícil, porque cuando pienso en generaciones anteriores que aprendieron a leer prácticamente solos o con padres con menos escolaridad y en tiempos con menos información y tecnología, tampoco lo entiendo y me frustro mucho como Jackeline, pero sin pataleta.

La película se puede ver actualmente de forma gratuita en la plataforma Ondamedia

A propósito de la Pensión Alimenticia

Hace unos días se despachó el proyecto sobre la responsabilidad parental y pago efectivo de pensiones de alimentos. En donde se establece que la deuda se pagará mediante los fondos que la persona que debe pagar la pensión tenga en sus cuentas bancarias. Ya sea, a través de instrumentos de inversión y financieros o en las cuentas de APV. En caso de no existir fondos o fueran insuficientes, se pagará mediante los fondos de la cuenta de capitalización individual de cotizaciones obligatoria.

Todos sabemos lo complicado que son los temas de dinero y la pensión de alimentos no es la excepción. También sabemos que en general, somos las mujeres las que corremos en mayor parte con los gastos de la crianza de los hijos. Quiero recalcar que hablo en GENERAL porque tratando de ser justa sabemos que también existen casos en que la situación es al revés, lo que por supuesto tampoco está bien.

Pero quiero escribir de lo que culturalmente ocurre en general (si, otra vez la palabra) en nuestra sociedad.

No me atrevo a considerarme feminista, simplemente porque siento que me faltan credenciales para hacerlo, no he leído ni me he informado lo suficiente sobre el tema, pero quiero tomar prestada una palabra ya por todos conocida. La palabra es patriarcal y perdónenme si no utilizo bien el término, pero es lo que se me ocurre para referirme en parte a lo que quiero exponer en este texto.

Hace mucho ya que el hombre dejó de ser el proveedor. Personalmente no crecí con esta figura, pero mi imaginario lo veía así. Es curioso que pensara así siendo que mi mamá siempre trabajó, en apariencia a la par con mi padre, pero en la realidad siempre fue ella quien trabajó mucho más. No era de las que trabajaba en casa, pero si era la que administraba los recursos que no es muy distinto a lo que es administrar una empresa (otra pega, no remunerada claro está). Este sistema es tan fuerte que aún no teniéndolo en mi propia familia seguía viendo a mi padre inconscientemente como único proveedor y no sólo yo lo creía, también él y quizá hasta mi madre. No me extrañaría.

Culturalmente las mujeres hemos sido las que activamente nos hemos preocupado de proporcionar lo necesario para la crianza de los hijos (bien o mal) somos nosotras las que desde que están en nuestro vientre nos hemos preocupado de los controles médicos, de los suyos, de buscar doctores, o inscribirnos en consultorios, de comprar medicamentos, leche o retirarlos en el servicio público. De comprar la ropa, de darnos cuenta que ya están quedando pequeñas, del jardín, colegio, cumpleaños, dentista, clases particulares en algunos casos, esparcimiento, educación superior, etc.

Y cómo siempre hemos sido nosotras las que nos hemos encargado de ir a comprar estas cosas ya sea con dinero ganado de nuestros trabajos o de la familia, en el caso de los padres que siguen juntos, pareciera que los hombres en general, no tienen idea del costo de la vida. Por lo que cuando se separan y deben pagar la famosa pensión creen o quieren creer que lo que están pagando es otra cuentas más. Como la luz o el agua. Un gasto fijo que paga algo específico. Un sistema seudo patriarcal medio conveniente para esos hombres que necesitan una asistente a tiempo completo que hagan todo ese trabajo de «logística» por ellos. Lo que explicaría en parte, sólo en parte, esa mentalidad adolescente en el orden de prioridades para con sus gastos.

El criar implica mucho más que comprar algo, implica mucho más que comprar ropa o un par de zapatos. Por algo hoy la Pensión Alimenticia se conoce legalmente como PRESTACIONES ECONÓMICAS y debe cubrir:

  • Vivienda del hijo
  • Alimentación del hijo
  • Vestuario del hijo
  • Educación del hijo
  • Recreación del hijo
  • Salud del hijo

Por supuesto que dentro de las posibilidades que ese padre tenga, por algo la ley establece ciertos rangos, pero lamentablemente la mayoría no lo ve así y si pagar la pensión o hacer un ajuste para aumentarla, significa que debe sacar parte de lo que estaba ahorrando para algo personal, pega el grito en el cielo. La pensión alimenticia está pensada para el BENEFICIO DE LOS HIJOS, no para lo que le sea más fácil al padre o la madre que deba pagarla. Por lo que al no querer ese padre pagar la pensión o reajustarla es nuevamente, la madre quien tiene que hacer malabares para que el dinero alcance. Porque la madre si puede tener dos pegas o más, o vender sus cosas o lo que sea necesario para entregarle una vida digna a los hijos. Ella si puede sacar sus ahorros que en general no era para algo personal, muchas veces era un ahorro de vivienda.

Ayer escuché a la ministra Orellana en un canal de tv en donde se le invitó para hablar sobre esta ley y debía responder preguntas que se hacían en RR SS respecto al tema, me parece que la pregunta fue ¿Qué pasa si el dinero de la pensión la madre lo gasta en cosas que no son precisamente para el hijo? su respuesta fue, que hay que ver bien y hay que entender que los gastos en la crianza no siempre se pueden contabilizar, ropa, zapatos, colegio claro que si, pero luz por ejemplo, no hay un ítem en donde especifique la cantidad de luz que utilizó el niño en internet para estudiar y eso claro que está dentro de los gastos de pensión, es más, si la madre quiere comprar un sofá porque considera que eso contribuye al bienestar del hogar, por supuesto que es también parte del bienestar y calidad de vida del niño (me parece que el programa lo vi ayer domingo en el mega en la mañana a eso de las 10:00 para quien quiera buscarlo)

Lo que he escrito acá no es algo que no se sepa, es parte de las conversaciones que una tiene con otras mujeres y también con hombres que reclaman que la madre de sus hijos los quieren perjudicar, puede que en algunos casos así sea, hay casos y casos y me parece que para eso son las mediaciones, para establecer bien los montos dependiendo de los ingresos y los gastos.

Me parece que falta mucho para un cambio en la mentalidad, pero este proyecto sin duda ayudará a muchas mujeres y también a aquellos hombres que son los que están criando a sus hijos y es la madre quien debe proporcionar la pensión. Eso si, este proyecto una vez que sea ley, solo aplicará para quienes tengan pensión pactada por tribunal, no se considerarán las pensiones de palabra, por lo que quien tome la decisión de utilizar este recursos debe realizar los trámites, ahora que hay tiempo.

El siempre winner, Saul Goodman

SPOILERS

No se si en todo el mundo, pero al menos acá en Chile el «winner» no es una persona admirable, para otros winners claro que si, pero en general se emplea de forma peyorativa para referirnos a los charlatanes, a quienes toman atajos, a quienes buscan la manera de obtener beneficios vanagloriándose de su astucia y de lo fácil que es hacerlo, muchas veces a costa de los demás. Si hay un personaje que representa lo que más detesto en un ser humando es Saul Goodman.

Saul Goodman nunca fue santo de mi devoción, no lo fue cuando lo vi por primera vez en Breaking Bad, no lo fué cuando comencé a ver su serie.

Hay quienes lo justifican con que tuvo una vida difícil, que su hermano Chuck es uno de los culpables al no apoyarlo en su carrera, etc. Lo que no comparto para nada.

Jimmy McGill, fue así desde pequeño, y su hermano Chuck lo sabía mejor que nadie. Lo salvó varias veces, incluso lo sacó de prisión cuando joven, mucho antes de convertirse en Saul Goodman, en esos tiempos era «Jimmy patín» en donde ya se dedicaba a realizar estafas. Chuck lo sabía y también sabía las consecuencias que traían las acciones de su hermano de las cuales Jimmy nunca se hacía cargo. Ese fue el motivo de quererlo lejos de HHM.

Es que ni pasando por las peores experiencias quiso cambiar su rumbo, y oportunidades tuvo, pero simplemente no quería. No cambió cuando Tuco casi lo asesina a él y a esos chicos en patineta por querer engañar a su abuelita, ni cuando su hermano murió, ni cuando tuvo que beberse su propia orina en el desierto. Lo que lo fue llevando cada vez más y más cerca del precipicio. No olvidemos que cada vez que tuvo la posibilidad de trabajar de forma honesta el hacía todo para arruinarlo. Era muy aburrido para el.

Pareciera que tenemos la necesidad de encontrar un motivo que lleve a una persona a pasarse al lado oscuro y que en el fondo, bien en el fondo tiene algo de bueno. Pero, cada vez me convenzo más de que hay personas que deliberadamente escogen ese camino, arrastrando incluso a quienes aman. También siento que queremos creer que los criminales no aman en realidad, yo creo que si, pero es un amor que no sirve, es un amor que daña y puede llegar a destruir a la persona amada. Si, hablo de Kim.

A mi parecer, Kim Wexler sólo hizo más lento el proceso de transformación de Jimmy. Tampoco justifico a Kim, si siento que de alguna manera él la arrastró a tomar pésimas decisiones. Ella también tuvo la posibilidad de irse, se ve que lo estuvo pensado ¿se acuerdan cuando Kim tuvo el accidente en su auto? ¿y las veces en que Jimmy se entrometía en su trabajo en Mesa Verde? Kim en un principio se molestaba, pero siempre terminaba aceptándole todo, colaborándole, si incluso lo ayudó en el juicio contra Chuck y en el hostigamiento hacia Howard. Pero a diferencia de Jim si encuentro que ella tiene, no una justificación porque es una mujer inteligente y con decisión propia, pero si una vulnerabilidad que funciona como imán para quedar atrapada con tipos como Jimmy. Ya vemos en el primer capítulo a Kim recogiendo la basura que Jimmy tiró a patadas. Como muchas mujeres prometedoras que por alguna extraña razón ( o varias) se involucran con hombres que las perjudican.

Hay pocos capítulos, creo que dos, en donde se ve la infancia de Kim. Una niña parentalizada con una madre irresponsable y alcohólica que no la protegía para nada. Creció limpiando los desastres de los demás. Pero en otra oportunidad escribiré sobre Kim, me parece que tengo harto para decir.

El final, que vi hace unas horas, me dejó más que conforme y me alegro que Vince Guilligan realmente le diera un final y no siguiera estirando el chicle como ya se está volviendo costumbre. Al menos yo, necesito finales.

Hay muchos Jimmys en el mundo. Son como garrapatas que viven a costa de los demás, sin escrúpulos ni remordimientos. Y podría ser cualquiera con una necesidad enfermiza de admiración y/o de sentirse importante. Perfectamente pueden ser divertidos ¿por qué no? lo que hace dudar de que tan malo podrían ser , ahí precisamente está el peligro. Si no estás dispuesto a ser de su bando, mejor arrancar lo más lejos posible porque aunque no lo quieras, si te mantienes cerca de cualquier forma te salpicará su mierda.

Disfruté mucho Better Call Saul, el final me dejó más que conforme. No pienso eso si que Saul salió perdiendo, creo que salió ganando porque hizo lo que quiso, como siempre. Solo que esta vez, si decidió salvar a Kim, lo que no lo convierte a mi parecer en una buena persona. Un gesto «bueno» v/s miles horribles, no te hace una buena persona.

Finalmente Saul pasará el resto de sus días tras las rejas, con gente que lo admira y lo respeta ¿no fue eso lo que siempre quiso? Bueno, ahora lo tiene. Ahora que ya no queda nada.

Pasándome películas

Desde la pandemia, me mal acostumbré a comprar todo con Delivery, incluso el súper mercado, muy pocas veces voy personalmente, generalmente paso cuando ando por ahí cerca. Hoy (ayer domingo, porque en este momento son las 02:53 del lunes) tenia ganas de caminar así que aprovechando que la tarde estaba agradable, me puse ropa cómoda, mi mochila y partí. Me fui escuchando «El peligro de estar cuerda» de Rosa Montero que comencé hace algunos días.

Iba disfrutando de la caminata, desde mi casa hasta el centro comercial es más menos 30 minutos, (doy pasos cortos) hasta que, al pasar por una calle poco transitada, tanto como de vehículos como de peatones, me asusté. Debido a la gente que desaparece y a la delincuencia que crece día a día, me vino un miedo que me hizo apurar el paso y perder completamente la concentración del libro que iba escuchando. Para colmo, justo venían pasando dos motos que hicieron que mi corazón se acelerara, se ha visto que hombres en moto pasan rápido y le quitan la cartera o el celular a quien va pasando o no se, le disparan en un ajuste de cuentas o algo así. Desconozco el porcentaje de estos delitos y crímenes, pero de que los hay, los hay.

Cuando llegué a Belloto 2000 me sentí un poco más segura, pasaban más autos y se veía gente paseando perritos, una mamá con su niña en bici, un joven trotando, una pareja joven a quienes un perrito blanco, me parece que poodle, iba siguiendo. No se si era de ellos, me parece que no, iba sin correa y no caminada junto a ellos sino que detrás.

A esas alturas ya había parado el libro, me fui solo con el sonido de la calle, que no me molestaba como otras veces. Eso es lo que me gusta de Belloto 2000, que el ruido ahí es moderado. Al menos los domingos. Fue agradable ese trayecto, ya había dejado de pensar en la ficción de mi asalto y secuestro, cuando recordé que antes, el lugar por donde iba pasando había sido la Base Aeronaval El Belloto, que en la dictadura se usó como campo de prisioneros político. Osea, en ese lugar por donde iba caminando, en donde hay casas, deptos, centro comercial, gente paseando a sus mascotas y sus hijos, torturaron y mataron personas.

Al llegar al Portal, el ruido moderado se transformó en esa masa metálica que tango me desagrada. Mi ánimo comenzó a cambiar, ya quería devolverme a casa, pase primero a la Feria Chilena del Libro, y compré «Náusea» de Esteban David, un libro que hace rato quería tener que habla sobre las zonas de sacrificio, y «Apuntes de un constituyente» de Agustín Squella que me pareció interesante.

Después a lo que iba, al súper. Ya ahí si que me cambio el humor. Estaba lleno y ese ruido se sentía mucho más fuerte, sumándole esos avisos que se escuchan por los parlantes recordando el correcto uso de la mascarilla, etc. El audiolibro no lo volví a escuchar porque es peor. Pero si le puse play a esos playlist que Spotify hace para una de forma personalizada según nuestros gustos y le achuntó, las primeras canción es que sonaron fueron de Charles Mingus, Oscar Peterson, John Coltrane, etc. Mi ánimo volvió a cambiar, esta vez mejoró tanto que hasta me dieron ganas de bailar. El súper estaba lleno y casi no escuchaba lo que estaba pasado afuera de los audífonos, fue genial.

Al escuchar música, y estoy segura que a muchos les debe pasar, se siente como que estuviera en una película o sitcom. ¿Les pasa cierto? ¿O les ha pasado alguna vez?

Hoy estuve en varias películas, al menos en tres. En un Thriller, en un documental, en una de terror quizás, en una comedia y puede que hasta en alguna serie animada.

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Actualizar

Son las 03:11 de la madrugada. No tengo insomnio, acá en casa somos búhos (mi hijo y yo).

Ya me disponía a programar el celular para que se apagará en media hora y darle play al audiolibro «El peligro de estar cuerda» de Rosa Montero (narrado por ella misma) antes de dormir, cuando me puse a revisar cosas en el celular y abrí el blog. Me fui hacia atrás, leí algunas entradas y luego fuí al principio. El otro día le comentaba a mis amigos que me daba un poco de vergüenza leer lo que escribí hace años atrás. Pero ahí están los textos y si, da un poco de pudor, pero bueno, es entretenido ver como uno va cambiando también.

Sacando justamente en este momento la cuenta, tampoco han pasado tantos años. Comencé a escribir este blog en 2015, osea hace solo siete años.

Pensar que estuve a punto de borrar todo y comenzar de cero. Menos mal no lo hice. Porque hay hermosos recuerdos, como la entrada que titulé «Canciones con memoria» en donde colgué videos y un pequeño texto de diferentes etapas que viví con mi hijo cuando era pequeño.

También encontré unas grabaciones de audio , no me acordaba que tenía Sound Cloud.

Canciones que grabé en 2012, en casa con Rodrigo, el papá de mi hijo. «Sumertime», «Décimas» y «En cuerpo y alma». Había olvidado que tengo un audio cantando Décimas de Elizabeth Morris (mi cantautora chilena favorita).

Estuve tentada a editar y corregir cosas que, viéndolas ahora, no me gustan tanto como quedaron escritas, pero no lo hice. Y no lo haré, no es necesario.

Hice solo una modificación que consideré relevante de corregir. Hay una entrada en la que me refiero a una etapa en donde fui tremendamente infeliz, y que escribí que lo que viví, había sido una experiencia necesaria. La borré, no coloqué nada para reemplazar, simplemente la borré. Porque ese pensamiemto de que «gracias a tal experiencia (dolorosa y negativa) soy quien soy hoy» ya no lo comparto. No soy de la idea de que se tenga que sufrir para crecer o ser más fuerte o lo que sea. En ese tiempo si que lo creía y en parte, fue uno de los motivos por lo que aguanté todo lo que aguanté, hasta casi desaparecer. Porque de alguna manera pensaba que lo merecía. Creo que eso es una trampa, una peligrosa trampa que nos hace justificar y aguantar abusos que no tendrían por qué haber pasado. Afortunadamente salí adelante, pero no fue gracias a esa experiencia, fue A PESAR de esa experiencia dolorosa que es lo único, que sí pudiera, borraría de mi vida. Por cierto, no lo hice sola, no habría podido. Fue necesario y fundamental el cariño de mi familia, mi pareja de ese tiempo y mucha, mucha terapia.

Srta. desempleada quiere ser FreeLancer

¿Lo logrará?

No durante todo el día, pero si varias veces, me invade la preocupación al recordar que tengo plazo hasta fin de año para que lo que estoy haciendo de frutos.

Desde que me despidieron, mayo del año pasado, he estado formándome para que la vuelta al trabajo sea de manera más independiente. Los primeros cursos que realicé fueron «Asistente Administrativo mención Recursos Humanos» a través de Becas Chile Capacitación Laboral, y un curso de» Coaching para el liderazgo personal y comunicación efectiva» organizado por el Programa de Capacitación de Desarrollo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Estos dos cursos los realicé pensando en robustecer mis conocimientos dado a los trabajos que ya venía realizando y para en algún momento dedicarme a realizar talleres y/o capacitaciones laborales, como también ayudar y acompañar en la búsqueda de empleo a jóvenes que están recién ingresando al mundo laboral.

Aprendiendo con sentido

Ya llevaba un par de años en los talleres de cine de la Escuela de Espectadores organizada por FECICH ( Festival de Cine Chileno) https://quilpueaudiovisual.cl/ y como ya no estaba trabajando, pude participar como Jurado Ciudadano, ahora tenía el tiempo y fue una experiencia muy bonita. En este momento estamos ya realizando el de este año que, debo decir, es de muy buen nivel . En la escuela nos han enseñado a escribir Textos de Critica , el año pasado tuvimos por primera vez un taller de Curatoría, en donde tuvimos la posibilidad de escoger la parrilla programática de una de las muestras que se exhibió en el Festival e incluso también algunos pudimos moderar en los conversatorios que se hacen al finalizar la película entre el público y los realizadores que van como invitados. A mi me tocó moderar, junto a mi amiga Marian, la película «Los fuertes» de Omar Zúñiga. (voté por ella así que imagínense mi emoción)

En noviembre del año pasado, me inscribí en el curso de Formación de Actores de Doblaje y Locución Internacional en Provoz. https://www.provoz.cl/ Este curso por años quise hacerlo, pero nunca podía. No tenía el dinero ni mucho menos el tiempo, imposible pedir tantos permisos en el área del retail para viajar a Santiago. Un día, como los seguía en las RR SS vi que las clases se estaban haciendo on line debido a la pandemia. No lo dudé y me inscribí. Y ha sido todo un descubrimiento, el curso, pese a ser on line se hizo perfecto, poquitos alumnos por sesión, sólo cuatro y un profe que lo hizo genial para sacar lo mejor de cada uno. Tuve la suerte además de que el grupo que me tocó eran todos muy disciplinados y talentosos por lo que todo fluyó muy bien. Además de aprender sobre locución y doblaje , aprendimos sobre narración de audiolibros ( que es lo que más amo) publicidad, e learning, videos corporativos, etc. Todo lo que signifique trabajar con la voz. Y bueno, esto es precisamente a lo que quiero dedicarme. ¿Se puede vivir de trabajar con la voz? le pregunté a mi profesor (que se ha portado genial, incluso ahora que el curso ya terminó siempre siempre responde mis mensajes cuando tengo dudas) Si, me dijo, se puede pero cuesta al principio, el primero es el que más cuesta, pero que no me desanime.

Hace poco tomé unas clases en Audiobuk https://www.audiobuk.com/ para perfeccionar mi narración de audiolibros, disfruto mucho con los audiolibros porque amo leer, amo los libros, amo narrar y contar historias, también escucharlas, amo los libros en físico y digital, mi relación con los libros y la oralidad es especial. Siempre, incluso antes de comenzar a formarme en esto, que leo en voz alta caminando por toda la casa.

Piano piano

Como suele sucedernos, a veces somos un poco injustos con nosotros mismos, a veces me pregunto si no estaré siendo irresponsable al querer arriesgarme tanto ¿no debería estar trabajando en vez de buscar algo tan inestable teniendo cuentas que, además debo cubrir sola? . «¿ estás pasando por una segunda adolescencia»? me preguntó alguien cercano no hace mucho, no mentiré , si bien no siento que estoy en una segunda adolescencia, la pregunta me entristeció un poco. ¿Por qué me preguntaría eso? ¿será esa la señal que estaré dando a los demás?

Decía que a veces somos injustos con nosotros mismos porque me martirizo a sólo un mes de realmente comenzar a intentarlo. Fue después de mi cumpleaños, el mes pasado, luego de unos días de bajón por el mismo tema que me decidí y dije : ya, listo hay que hacerlo no más, ahora que puedo. Y desde ese día he estado contactando gente, grabando demos, enviando, me hice un canal de youtube para ir subiendo audiolibros y demos de publicidad, etc. He enviado demos a un par de casting y atenta a cualquier aviso que pueda salir para participar. Esta semana tengo un encargo de alguien que me pidió grabar un audiolibro para su hija que está en la escuela y no le gusta mucho leer. Así que me dedicaré a eso en estos días para que quede hermoso y más mamás se interesen. También hay una posibilidad de grabar unos libros para personas mayores que tienen discapacidad visual.

Nota: Curioso, al escribir esto recién me doy cuenta que no estoy tan en la nada.

Fondos

Otra cosa que siempre quise hacer y que estoy viendo ahora, es entender como postular a fondos .En MINCAP están haciendo charlas y talleres para interiorizarse y aprender. Quienes quieran información pueden hacerlo en este link https://ec.cultura.gob.cl/disena-tu-proyecto-cultural/ lo maravilloso es que quedan grabados por lo que puedo entrar las veces que quiero, retroceder, poner pausa para tomar apuntes, etc.

Hay varias cosas más que quiero contar, pero ya son las 2:56 de la madrugada así que por el momento dejaré hasta aquí.

No me detengas ahora

Me la estoy pasando tan bien

Estoy disfrutando mucho

No me detengas ahora

Si quieres pasarla bien, solo llámame

No me detengas ahora (porque me la estoy pasando bien)

No me detengas ahora (sí, me la estoy pasando bien)

No quiero parar de ninguna mane

Don´t Stop Me Now, Queen

Una vuelve siempre a los mismos sitios…

Soy una mujer de costumbres. Probé durante una par de semanas otros blogs, con ninguno me sentí cómoda. El que intenté que me gustara fue Tumbrl, pero no…demasiados anuncios, demasiadas cosas que me distraían. Además que lo encontré parecido a Instagram y quería algo diferente. Así que acá estoy nuevamente. No haré promesa de escribir más seguido porque este espacio es para relajarme. Ponerme voluntariamente una presión más, con todas las que tengo actualmente, me hará hacer justamente todo lo contrario.

Por lo que veo, la última entrada que escribí fue sobre el tonto útil, contaba que yo también lo fui etc. Actualizando en temas laborales, sigo estirando el chicle, ojalá ojalá hasta el primer trimestre del próximo año. Aunque no lo veo tan fácil con lo caro que está todo y las responsabilidades que tengo y dicho sea de paso, debo bancármelas sola.

En los últimos meses he tenido algunos intentos de trabajo tradicional, el primero : dos meses de forma remota en atención a usuarios, el segundo vendiendo telefonía, también de forma remota (renuncié) y el último, de forma presencial en una tienda de ropa (renuncié) Este último fue en junio por una semana aprox. La chica que estaba reemplazando a la Jefa de tienda tuvo la típica actitud de complicarle las cosas a «La nueva» y la verdad es que a estas alturas de mi vida no es una batalla que me interese. Era un reemplazo así que preferí dar un paso al costado y seguir con mi vida.

En junio cumplí años, anduve un poco bajoneada por sentir que se me está acabando el tiempo para estar en casa y me encanta estar acá. Y la etapa que estoy viviendo justo ahora, por primera vez en mi vida es tal como quiero vivirla, osea casi, falta lo más importante al menos para hacer esta vida que me gusta posible. El trabajo.

Estoy decidida a probar como free lance, trabajando con mi voz, pero comencé hace poco a moverme… y acá viene mi autotirón de orejas : ¿por qué no partí antes? ¿Por qué comencé ahora cuando la cuenta regresiva ya se activó? No llego al punto de castigarme, pero si hago la reflexión. Uno de los motivos, claro está, no me sentía preparada. El otro, miedo, que vendría siendo lo mismo.

¿Que cosas haríamos si no tuviéramos miedo?

Y a propósito de miedo

¿miedo a qué?

¿Al fracaso?

Naaaaa, miedo a quedarme sin recursos para mantenerme. Podría fracasar tranquilamente si tuviera la seguridad de poder seguir pagando los estudios de mi hijo, el arriendo, las cuentas, los libros, las salidas al cine, la comida y gastos generales varios.

El fracaso y el éxito son tan dinámicos y subjetivos que ya casi ni pienso en ello, porque la vida de uno, a la única persona que realmente le importa es a uno mismo y a quienes directamente les afecta. En mi caso, mi hijo y la Bonnie. Y el éxito, siendo realistas, tampoco le interesa mucho a alguien más, hasta podría pasar inadvertido.

Nada más que agregar por ahora siendo las 03:43 del jueves 21 de julio 2022.

¿ Qué tan tontos útiles somos?

Hace años, cuando trabajaba en una multitienda de cajera, mi jefa directa me encargó la misión de ir a buscar unas prendas a otra sucursal. Debo haber tenido en ese tiempo unos veintisiete años. Estaba con toda la ilusión y las ganas de crecer, de demostrar mis capacidades, estaba recién empezando. Tomé esa petición como un gesto de confianza, de valoración, pensé en ese momento que quizás me comenzaban a ver como algo más que una cajera. Me enviaron en un taxi.

Cuando llegué a la otra tienda, recuerdo que tuve que esperar si mal no recuerdo una hora aprox. En esos retails abundan los jefes, así que entre que un jefe le preguntara a otro y a otro y a otro yo estaba ahí parada esperando. Hasta que llegó por fin alguien y me dijo que…. esperara.

Pasado el tiempo de espera ( se me hizo eterno) todo el tiempo estuve de pie, me llevaron al sector de custodia que es donde están los guardias y me pasaron cinco o seis fundas con los trajes en el interior. Pesaban bastante , imposible llevármelas en micro o colectivo como pretendían. Finalmente me pidieron un taxi para devolverme. Por supuesto eso si, tuve que esperar que lo pidieran y esperar que llegara. Por lo menos su media hora más.

Cuando llegué de vuelta con los trajes, ya eran pasada las una, me enviaron a colación. Estuve toda la mañana afuera, pero me sentía bien, importante. Me da risa recordarlo ahora, diez años después. Porque claramente era algo que necesitaban urgente y nadie más estaría dispuesto a ir. El motivo era ese ni más ni menos.

No quiero decir con esto que nunca reconocieron mis logros, porque siempre me felicitaron cuando hubo que hacerlo. No es mi intención ser mal agradecida con lo que aprendí en los cuatro años que estuve ahí.

Ahora que tengo un poco más de experiencia en el mundo laboral y sus relaciones, creo que no hay que «creerse tanto el cuento», lo que no quiere decir que no debamos tener compromiso ni hacer nuestro trabajo con poca voluntad. Estoy lejos de pensar así. Pero si hay algo que he aprendido es que hay que saber poner límites y por sobre todo no autoengañarse. Porque podríamos convertirnos en tontos útiles. como creo que lo fui esa vez.

No es necesario llegar de los primeros en irnos de los últimos, trabajar en nuestros días libres para demostrar compromiso. Hay que repensar que es el compromiso con la empresa. Dejé de creer en qué hay que «ponerse la camiseta» lo que me hace recordar también que en temporadas de navidad las jefaturas e incluso los gerentes se ponían la polera que era parte del uniforme que usábamos los demás empleados. Como un gesto quizás de que ¿éramos iguales?

Soy de la idea de que debemos hacer bien nuestro trabajo, dar lo mejor de uno, aprender, enseñar lo aprendido, cumplir y exigir que la compañía para la que trabajamos también cumpla.

Ser un tonto útil fomenta en parte la explotación y la manipulación. A veces uno le enseña a los demás como tratarnos. Y quien pueda aprovechará esa vulnerabilidad y necesidad de reconocimiento para usarlo a su favor. ¿Quién quiere sentirse un recurso para cumplir los objetivos de otros?

Hay algunos tontos útiles más audaces, que saben bien el juego que decidieron jugar. No les molesta porque les trae beneficios y están dispuestos a pagar ese precio para satisfacer muchas veces su arribismo.

Hay otros en cambio que de vez en cuando se sienten atrapados, mantienen la esperanza de llegar más lejos porque saben que se lo merecen,pero no saben poner límites y están dispuestos a sacrificar su vida personal y salud mental porque para ellos el trabajo debe ser duro y sacrificado. Cuando en algún momento se cuestionan si así tiene que ser, se autoconvencen de que si, esa es la forma. Creen en la meritocracia, siempre andan apurados y sobreexigidos, pero aún así dudan seguido de sus capacidades. Por lo mismo se esfuerzan de más muchas veces, el pago para ellos es el reconocimiento constante.

Con el tonto útil audaz, eso no ocurre porque toma el camino más corto y sabe como aparentar, se vende bien y no dudará en recurrir a la performance de la «polera o chaqueta» cuando sea necesario.

Cada uno debe elegir que camino tomar. También fui tonta útil en varias oportunidades, no la audaz claramente, no va con mi personalidad. Ver al otro como un recurso meramente utilitario se me torna indigesto.

Cuesta poner límites, al principio, cuesta ser asertivos porque ser asertivos implica cierta tibiesa, cierto «amarillismo» ¿ o no? ( pregunta seria) porque lo estoy recién reflexionando.

Insisto, el trabajo, bien hecho no tiene porque crear ansiedad ni ser un sacrificio, esfuerzo quizás porque todo tiene su complejidad. Está bien quedarse hasta más tarde excepcionalmente si es necesario (remunerado) por poner un ejemplo, pero de forma extraordinaria porque si se vuelve una costumbre, ojo podríamos estar convirtiéndonos en candidatos para ocupar el cargo de tonto útil.